SISTEMA ENDOCRINO

Todos los órganos del sistema endocrino son glándulas. Son diferentes del resto de las glándulas porque liberan sustancias químicas, conocidas como hormonas, en la circulación sanguínea general. Otras glándulas descargan sus secreciones en conductos hacia un lugar concreto. Estas glándulas se denominan exocrinas. Los órganos del sistema endocrino se encuentran situadas en lugares del cuerpo muy separados: en la cavidad craneal, en el cuello, en la cavidad torácica, en la cavidad abdominal, en la cavidad pélvica y fuera de las cavidades del cuerpo. Las hormonas que liberan son muy importantes para las funciones corporales. Regulan instintos básicos y emociones, como los impulsos sexuales, violencia, ira, miedo, alegría y tristeza. También estimulan el crecimiento y la identidad sexual, controlan la temperatura corporal, ayudan en la reparación de tejidos dañados y ayudan a generar energía.


Glándulas adrenales: Las glándulas adrenales se encuentran sobre la parte superior de cada riñón en la zona abdominal. Aunque parece un sólo órgano, en realidad son dos pequeñas glándulas, cada una con un peso de unos 7 gramos. La médula adrenal (la parte interna) es un agente del sistema nervioso simpático y se activa mediante impulsos nerviosos. El córtex adrenal (la parte externa se divide en tres zonas: glomerulosa, fasciculada y reticular) es una glándula endocrina verdadera que se activa con la hormona adrenocorticotrófica (ACTH), enviada desde la glándula pituitaria. La médula adrenal secreta las catecolaminas epinefrina y noradrenalina. Estas hormonas ayudan al cuerpo a reducir tensión nerviosa. Cuando el sistema nervioso simpático reacciona ante emocione intensas, como miedo o ira, se liberan grandes cantidades de esta hormona. Esto puede causar una reacción de "lucha o huida", en la que la presión sanguínea aumenta, las pupilas se ensanchan y la sangre se desvía hacia los órganos más vitales y los músculos del esqueleto. El corazón también se estimula. El córtex adrenal secreta dos hormonas: cortisol y aldosterona. Estas hormonas se conocen conjuntamente como corticosteroides. Ayudan al cuerpo a reducir tensión nerviosa y son imprescindibles para la vida. El cortisol es un generador de energía. Regula la conversión de hidratos de carbono a glucosa y dirige las reservas al hígado. También disminuye las inflamaciones. La aldosterona regula el balance mineral y de agua en el cuerpo. Evita la pérdida excesiva de agua a través de los riñones y mantiene el balance entre sodio y potasio en la corriente sanguínea. Este balance es importante en la contracción muscular.

Hipotálamo: El hipotálamo está formado por un minúsculo grupo de células nerviosas situadas en el centro de la base del cerebro. Este órgano sirve como vínculo entre el sistema nervioso autónomo y el sistema endocrino. El hipotálamo es responsable de muchas funciones corporales. Su función es integrar y asegurar respuestas adecuadas a los estímulos. Regula el hambre, la sed, el sueño y el insomnio. También juega un papel importante en la regulación de la mayoría de los mecanismos involuntarios del cuerpo, como la temperatura corporal, el impulso sexual o el ciclo menstrual en las mujeres. El hipotálamo también regula las funciones de la glándula pituitaria.

Ovarios: Los ovarios son dos cuerpos con forma de almendra de unos 3,5 centímetros de longitud que se encuentran situados a cada lado de la pelvis. Cada ovario contiene dos clases diferentes de estructura glandular: los folículos de Graaf, que secretan estrógeno, y el cuerpo lúteo, que secreta progesterona y algo de estrógeno. La hormona estrógeno influye en el desarrollo de los caracteres sexuales y en la maduración de los órganos sexuales femeninos. La progesterona influye en el desarrollo de las glándulas mamarias y prepara el útero para la implantación del óvulo.

Páncreas: El páncreas se encuentra situado justo detrás de la parte inferior del estómago. Es la segunda glándula del cuerpo en tamaño, y es una glándula endocrina y exocrina. Su función exocrina es producir jugos digestivos (jugos pancreáticos) y liberarlos a través de un tubo, el conducto pancreático, al intestino. La función endocrina del páncreas es controlar la cantidad de azúcar en la sangre. Las células que controlan los niveles de azúcar en la sangre se denominan islotes de Langerhans. Estos islotes son grupos microscópicos de células esparcidas por todo el tejido pancreático entre el resto de las células pancreáticas aunque se encuentran concentradas principalmente en la cola del páncreas.

Los islotes de Langerhans están formadas por dos tipos de células: alfa y beta. Las células alfa secretan una hormona llamada glucagón y las células beta secretan insulina. La insulina y el glucagón funcionan como un sistema de comprobación y equilibrio regulando el nivel de azúcar en sangre en el cuerpo. El glucagón acelera el proceso de la glucogénesis en el hígado (proceso químico por el cual la glucosa almacenada en las células del hígado en forma de glucógeno se convierte en glucosa; esta glucosa deja entonces las células del hígado y pasa a la sangre). Este proceso tiende a incrementar la concentración de glucosa en la sangre. La insulina es un antagonista del glucagón, pues reduce la cantidad de concentración de glucosa en la sangre. La insulina realiza este proceso acelerando su salida de la corriente sanguínea, a través de las membranas celulares, hacia las células. Como la glucosa entra en las células a un ritmo más rápido, las células aumentan su metabolismo de glucosa. Todas las comidas que contienen azúcares y almidón, como el pan, patatas y pasteles, se descomponen en glucosa. De esta forma pueden ser absorbidos por cada célula del cuerpo, incluyendo las células del hígado, una de cuyas funciones principales es almacenar azúcar. Las células absorben glucosa y la queman en estructuras llamadas mitocondrias, utilizando la energía que contiene y produciendo dióxido de carbono y agua como productos derivados. Este proceso de quemado es la principal fuente de energía del cuerpo, y no podría tener lugar sin la presencia de la insulina. La diabetes se produce cuando el páncreas no produce suficiente insulina y no se regula, por tanto, la concentración de glucosa en la sangre. El nivel de glucosa normal para un adulto medio está entre 80 y 120 miligramos de glucosa por cada 100 mililitros de sangre. Si los islotes de Langerhans secretan demasiada poca insulina, se produce un exceso de glucosa, una característica de la diabetes mellitus, el trastorno más habitual del sistema endocrino.

Paratiroides: Las glándulas paratiroides son glándulas pequeñas, habitualmente cuatro, incrustadas en la parte posterior del tiroides. Estas glándulas producen la hormona parathormona, que regula el nivel de calcio y fósforo en la sangre y huesos. La parathormona tiende a aumentar la concentración de calcio en la sangre incrementando la descomposición ósea. Esta hormona tiene el efecto contrario de la calcitonina (tirocalcitonina), que es secretada por la glándula tiroides. El calcio juega un papel muy importante en muchos procesos metabólicos; demasiado calcio (hipercalcemia) o demasiado poco (picocalcemia) puede alterar el funcionamiento normal de músculos y nervios. La parathormona ayuda a mantener la homeostasis de calcio en la sangre. Las células corporales son muy sensibles a los cambios de la cantidad de calcio en la sangre.

Glándula pituitaria: La pituitaria (o hipófisis) es una glándula pequeña, no más grande que un guisante, que se encuentra en la base del cráneo en una pequeña depresión del hueso esfenoidal denominado "silla turca". Está conectada y controlada por el hipotálamo y a veces se la considera la glándula principal, puesto que su función es coordinar el sistema nervioso y el endocrino. Algunas de sus hormonas estimulan otras glándulas endocrinas para que produzcan sus propias hormonas. La pituitaria está compuesta en realidad por dos glándulas: la glándula pituitaria anterior (o adenohipófisis) y la posterior (o neurohipófisis). Produce varias hormonas, una de las cuales regula la retención de agua en los riñones y otra tiene la misión de contraer el útero durante el parto y de estimular la secreción de leche en las glándulas mamarias. Una de las hormonas más importantes de la pituitaria es la del crecimiento. Esta hormona controla el crecimiento regulando la cantidad de nutrientes que recibe cada célula. Como la insulina, la hormona del crecimiento también controla el nivel de azúcar en la sangre.

Testículos: Los testículos consisten en dos glándulas de forma ovalada de unos 3 centímetros de longitud y 2,5 centímetros de ancho. Se encuentran suspendidos en un saco denominado escroto fuera del cuerpo para mantener la menor temperatura necesaria para la producción eficiente de esperma. Cada uno de los testículos está formado por varias secciones (lóbulos), y cada lóbulo está formado a su vez por un delgado y largo túbulo seminífero enrollado. Desde la pubertad, las células de los túbulos seminíferos producen casi continuamente espermatozoides, las células reproductoras masculinas. Otras células, conocidas como células intersticiales, secretan la hormona masculina testosterona en la sangre. Estas células se encuentran en numerosos grupos en el tejido conectivo situado entre los túbulos seminíferos. La testosterona realiza diversas funciones: es importante para el desarrollo de los caracteres sexuales masculinos, estimula y mantiene el desarrollo de los órganos accesorios masculinos (la glándula prostática, vesículas seminales, etc.), y tiene un efecto estimulante en el metabolismo de las proteínas.

Timo: Situado sobre el corazón, el timo es un órgano bilobulado cuya función principal es la de desarrollar linfocitos. La linfa transporta glóbulos blancos a este órgano, donde se multiplican y se transforman en células especiales de lucha contra las infecciones. Aunque la función del timo no se conoce en su totalidad, se sabe que tiene un papel muy importante en el desarrollo de la inmunidad ante diversas enfermedades. Muchos investigadores opinan que el timo produce los linfocitos originales formados en el cuerpo antes del nacimiento y continúa produciéndolos después. Los linfocitos viajan desde el timo a los nódulos linfáticos y al bazo a través de la circulación sanguínea. También se cree que el timo sintetiza una hormona esencial para la inmunidad. Esta hormona, conocida como factor humoral del timo (THF), debe estar presente durante un corto periodo de tiempo después del nacimiento del niño para poder desarrollar la inmunidad mínima necesaria. Los investigadores piensan que la hormona producida por el timo actúa sobre los linfocitos, haciendo que los linfocitos B se conviertan en células plasmáticas, las cuales forman anticuerpos que producen inmunidades. Tras la pubertad, el timo comienza a disminuir de tamaño. Su función principal parece desarrollarse durante las primeras etapas de la vida en el desarrollo de la inmunidad.

 
Hoy habia 2 visitantes (5 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis